En una conversación de más de 40 minutos, Rodríguez repasó su trayectoria dedicándose a las artes visuales en Rocha, un camino que definió como autodidacta, ya que no siguió una carrera formal sino que fue aprendiendo por su cuenta.
El artista de 25 años contó que desde pequeño sintió inclinación por el dibujo y el arte, pero que recién hace unos años pudo comenzar a tomarlo más en serio y dedicarse full time. Si bien reconoció que económicamente no ha sido fácil vivir de su arte en Rocha, valoró el apoyo incondicional de sus padres, su novia y amigos, que lo incentivaron a perseverar.
Rodríguez enfatizó la importancia de elegir una vocación que realmente apasione, ya que de esa forma los problemas se enfrentan con otra actitud. Asimismo, destacó el rol fundamental que tuvo internet y las redes sociales para poder formarse de manera autodidacta, conectándose con tutoriales, cursos online y artistas de otras partes del mundo.
Sobre su último video animado que alcanzó gran repercusión viral en redes sociales, el artista relató el arduo y meticuloso proceso creativo detrás. Explicó que le llevó más de dos semanas completarlo, desde la concepción de la idea, el diseño de cada personaje y escenario, la musicalización, la animación cuadro por cuadro y la edición final.
También remarcó lo difícil que es a veces cumplir con tiempos ajustados cuando depende de la inspiración y las ganas, por lo que resaltó la importancia de rodearse de personas que puedan dar una opinión constructiva durante ese proceso creativo.
Ya sobre el final de la extensa charla, el joven artista y los conductores del programa coincidieron en la necesidad de generar más espacios para que los artistas locales puedan mostrar su trabajo en Rocha y ser más valorados por la comunidad. Plantearon propuestas como crear un colectivo o sello artístico rochense y organizar exposiciones conjuntas para mayor visibilidad.
«Hay que empezar a trabajar para cambiar la mentalidad de que nadie es profeta en su tierra», sentenciaron, en relación a que muchas veces el talento local no es suficientemente reconocido hasta que alguien de afuera lo valida primero.
El Vigía.