En el marco (valga la redundancia) de los festejos por los 230 años de la fundación de la ciudad de Rocha se ha generado una breve e intensa polémica por el traslado del Marco de los Reyes, que señalaba el límite entre las posesiones españolas y portuguesas en época colonial, desde la plaza Lapeyre, donde se encontraba hacía 125 años, hasta la explanada de la iglesia Nuestra Señora de los Remedios donde se lo instaló a fines de la semana pasada.

Al movimiento del monumento histórico se agregó lo que se visualiza como la agresión y destrucción de una parte del mismo, aunque hay quien dice que recuperó su forma original.

Frente a las críticas, el argumento esgrimido para el traslado fue resuelto debido a las “inundaciones ocasionales” a las que se haya expuesto el Marco que en el correr del tiempo ha significado “quebraduras y deterioros”.

Lejos de querer avivar la polémica, y en el contexto de celebrar estos 230 años de la ciudad, este medio de prensa realizó una investigación periodística, que arrojó como resultado que la nueva ubicación no fue la única que se manejó, sino que hubo otras posibles locaciones para nuestro matusalénico monumento.

1) El nuevo acceso a la ciudad por Ruta 9: una voz cercana a la Dirección de Obras (que desconocemos quien era porque nos convocó en un garaje oscuro a medianoche) nos confió que desde dicha Dirección se pretendió prestigiar el nuevo camino de acceso a la ciudad, colocando en el medio del mismo al Marco de los Reyes. “¿Se imaginan lo que hubiese sido? El nuevo ingreso a la ciudad, por la zona donde se hacía en la época colonial, señalizado por un monumento colonial. Cerraba por todos lados”. Sin embargo, la idea se descartó por el miedo de las autoridades a que un automovilista de conducción temeraria, o manejando en pedo, se diera contra el histórico monumento.

2) En el Hall de la Intendencia: otra fuente gubernamental nos confió que una idea que tomó mucha fuerza fue la de colocar el Marco en el hall central de la Intendencia, en un espacio de gran afluencia de público. Sin embargo, la idea fue descartada cuando otro integrante del gobierno comentó que los contribuyentes podían confundir el Marco con el Monumento a la Inamovilidad del Funcionario Público, una obra del surrealismo pos moderno.

3) En Chafalote: un agente del gobierno, quien se identificó como “señor Smithers”, expresó que por un tiempo se manejó la posibilidad de trasladar el monumento a Chafalote, como forma de enriquecer y darle una “potencia histórico-patrimonial” a las obras de Chafalotearte, especialmente a las 3 Venus de Milo instaladas hace tiempo.  “Hubiese sido hermoso, imagínese el Marco de los Reyes intervenido como una Venus más, colorido e iluminado por las noches”. Sin embargo, la idea no tuvo los votos necesarios dentro del gabinete.

4) En alguno de los pozos de Avenida Brasil: el mismo “señor Smithers” nos reveló que otra de las ideas fue instalar el monumento en alguno de los tantos pozos que pueblan la Avenida Brasil. “En el marco de los festejos por los 230 años nos cerraba bastante colocar el Marco ahí. Lo visualizamos como un paseo histórico: entre el monumento colonial, y la cantidad de pozos que hay en la avenida que convierten en una odisea circular por ella sin dejar un eje del auto, era como experimentar un viaje en carro de hace 150 años atrás. Pero finalmente lo descartamos por miedo a perderlo dentro del pozo que lo dejemos”

5) En La Aguada: finalmente, la última alternativa manejada fue la de instalar el Marco de los Reyes en La Aguada, más precisamente en el predio donde se pensaba instalar el hotel de lujo, o de calidad internacional, cuya licitación quedó desierta a fines de octubre. “La idea era instalar el Marco en dicho espacio, señalando la voluntad firme como la piedra que tiene este gobierno con la concreción del proyecto de un hotel que incluya, al menos: espacio de churrasqueras, una piscina estructural de 50.000 litros y ventiladores en cada habitación”. Pero la idea fue descartada porque no querían correr el riesgo de que la arena tape al monumento histórico.