Altier destacó la importancia de abordar estos temas no solo como parte de la historia personal de los uruguayos, sino también como parte de la historia colectiva de todos los latinoamericanos.
Durante la entrevista, Magela mencionó la relevancia de cómo Uruguay y otros países son percibidos desde el exterior, especialmente en relación con la democracia y los logros alcanzados hasta el momento. Afirmó que aunque a veces se piense que todo está resuelto, aún queda mucho por hacer para mantener y fortalecer la democracia. Comparó a la democracia con el amor y la relación entre personas, resaltando la importancia de alimentarla, cuidarla y mantenerla viva.
En este sentido, Altier subrayó que es esencial estar atentos para evitar que los sistemas democráticos se deterioren o pierdan su esencia. Recordó que el motivo por el cual se conmemora el 50 aniversario del golpe de estado es para recordar lo sucedido y evitar que se repita en el futuro. Además, remarcó que el golpe de estado no fue un evento aislado, sino que fue parte de un largo proceso de deterioro de la democracia, que también afectó a otros países de Latinoamérica.
La militante enfatizó que detrás del golpe de estado había intereses internacionales, mencionando a Estados Unidos como un país representante del capitalismo y el imperialismo, que tenía un plan para controlar los recursos económicos en la región. Altier destacó que el golpe fue una forma de ajuste de cuentas con el pueblo uruguayo, que durante mucho tiempo había buscado una redistribución de la riqueza y formas alternativas de gobierno y relaciones humanas.
Magela Altier hizo referencia a la gloriosa huelga general que tuvo lugar durante casi 15 días como respuesta a la dictadura. Subrayó que el golpe de estado no fue simplemente una reacción espontánea de militares, sino el resultado de un proceso acumulativo en el que el campo popular buscaba siempre el camino institucional y democrático. Mencionó la formación del Frente Amplio, una coalición de izquierdas que contaba con la participación de un militar, Líber Seregni, como líder máximo.
La entrevistada destacó que el golpe de estado de 1973 fue precedido por una violación constante de los derechos humanos durante el gobierno de Pacheco Areco, quien implementó medidas prontas de seguridad y estados de emergencia. Sin embargo, las fuerzas sindicales, sociales, culturales y políticas intentaron anticiparse a lo que se avecinaba, movilizándose y preparándose para enfrentar el golpe a través de la huelga general y ocupaciones pacíficas de lugares de trabajo.
El golpe de estado finalmente ocurrió el 27 de junio de 1973, disolviendo las cámaras y marcando un episodio oscuro en la historia de Uruguay. Magela Altier evitó profundizar en los detalles históricos, aclarando que su enfoque era el de una militante comprometida con la vida y su fuerza política.
El Vigía.
