La aprobación de un programa de gobierno no es un hecho baladí.
Muy por el contrario, es el documento en el que se plasma el rumbo, los deseos, los
sueños y esperanzas que un partido político propone a la ciudadanía. Es, por ello y
ante todo, un compromiso, que encima se asume por escrito.
Y se sabe el valor que tiene, o debería tener, la palabra escrita. Por ejemplo,
podríamos prometer alcanzar las estrellas, y sin dudas sería una promesa genial,
deslumbrante, épica. Pero luego, si no la cumplimos debemos ser muy claros en
decir porque no la cumplimos. Porque hay ciudadanos que se sentirán
representados, que soñarán con alcanzar esas estrellas. Diría que hasta por una
cuestión de humildad, deberíamos pedir disculpas por las ilusiones defraudadas.
El pasado lunes 24, el Plenario Departamental del Frente Amplio aprobó, por
unanimidad, su programa de gobierno 2025-2030.
Me animo a decir que se trata de un documento sólido, responsable y ambicioso.
Estructurado entorno a 5 ejes (Rocha del Desarrollo Sostenible; Rocha del Bienestar
para todas y todos; Rocha de las Culturas, las Artes, el Patrimonio y la Educación;
Rocha asume la perspectiva de Género y Generaciones; Rocha profundiza la
democracia) cada uno con varias líneas de acción.
Es un programa que plasma, además, más de dos años de trabajo de acumulación,
de recolección de insumos, de recorridas, de encuentros con vecinos, con gremiales
empresariales, con militantes frentistas en comités.
Como se ve en sus ejes, el programa cubre un vasto espectro de propuestas y
actividades de cara a un futuro gobierno, desde el básico y central ABC (alumbrado,
barrido y recolección de residuos) hasta la descentralización, pasando por el impulso
al trabajo digno, la pesca, el turismo, la cultura y las artes, políticas sociales,
vivienda, deportes, y las políticas de género y generaciones.
En el programa se establece, además, el diálogo necesario, la coordinación que
indefectiblemente deberá existir entre el alcance de algunas políticas e iniciativas
departamentales, y el gobierno nacional. Porque como todos sabemos, hay
muchísimas políticas en las que, si bien los gobiernos departamentales colaboran y
aportan recursos, son competencia del gobierno nacional a través de los ministerios
competentes, lo cual lleva a que tenga que haber un nivel muy afinado de
coordinación, de articulación y negociación entre el gobierno nacional y el
departamental.
Ya habrá tiempo, en el extenso recoorrido que aun queda de cara al próximo 11 de
mayo, de desarrollar algunas de las propuestas incluidas en el programa, a lo largo
de sus 5 ejes estructurantes.
Pero no cabe la menor duda que es un programa de gobierno, que además de
conjugar responsabilidad y ambición (tarea nada sencilla) invita al entusiasmo, a
tener esperanza y a pensar en la Rocha del futuro que deseamos construir para y
con cada persona que hace de este departamento su lugar lugar en el mundo, ya
sea por nacimiento o por haberlo elegido.
Y esa, es en definitiva, la mayor de nuestras responsabilidades y la ambición más
grande.
Rodrigo Tisnes
