Ya es un lugar común decir que la tecnología nos permite hablar con alguien en Japón y al mismo tiempo cada vez nos alejamos más de quienes tenemos más cerca, en la casa o el corazón.
Me arriesgaré a insistir con el tema.
Todo ha cambiado. Las redes sociales son muchas veces una cloaca donde desde el anonimato cada vez más personas sacan lo peor de sí para insultar y degradar a los demás. Las discusiones políticas terminan demasiadas veces a nivel de barra brava. «Ustedes roban/ustedes robaron antes».
El odio se ha instalado en un país que fue único en el mundo en cuanto a respeto y tolerancia. En las redes sociales se ve más pero también sucede en la calle, en los espectáculos, en el seno de los propios grupos familiares.
Por si faltara algo a este combo está la droga que hoy parece invencible. Hay estadísticas no desmentidas oficialmente según las cuales Uruguay es el país que más consume cocaína en el mundo en relación a la población. Ese triste récord ya lo hemos tenido, durante la dictadura Uruguay fue el país con más personas detenidas ilegalmente y torturadas en el mundo en relación al número de habitantes.
Pasan cosas tremendas: guerras (no una sola, decenas). La devastación que provoca el cambio climático, los millones de seres humanos que desplazados de sus países por el espanto de la guerra y demasiadas cosas más.
Sin embargo una gran cantidad de uruguayos mira para otro lado, discute estupideces en las redes y pasa sus tardes viendo programas frívolos argentinos.
Los políticos viven en lo que parece ser un microclima donde pocos se acercan realmente y de manera eficiente a los problemas de la gente.
Se habla de reforma educativa y no se consulta (más bien se ningunea a los docentes).
El hambre, la miseria, los asentamientos siguen ahí de lo más campantes gobierno tras gobierno.
Podría seguir nombrando cosas pero no quiero aburrir.
Reitero la pregunta del título, ¿QUO VADIS SOCIEDAD?